Soy (fui) un cliente frecuente de este estadio y, muchas si no todas las veces que fui, pude entrar mi bicicleta al camarín, que es muy amplio, sn ningún problema, pero hoy, un personaje que no se identificó pero que me enteré es el administrador, me negó la entrada. Ante mi pregunta, su sola respuesta fué que no estaba permitido. A pesar de que en in-numerables ocasiones me fué permitido hacerlo. Noté en su tono prepotente y despectivo, ese dejo de superioridad que ciertas personas necesitan para sentirse superiores. Simplemente son felices si te impiden o demoran en algo. Como el cajero del banco que se sonrie cada vez que te pide un documento que no tienes y que sabe que te ha hecho perder el tiempo. Me extraña, sobre todo, que en un centro de deportes te discriminen por hacer deporte, y llegar en bicicleta. Nunca mas vuelvo.
Jose